miércoles, 30 de noviembre de 2016

Modelos Sistémicos en Psicoterapia.

Psicología Sistémica.
Existen multitud de corrientes o escuelas psicológicas y esto tienen su explicación en la diversidad de problemas y tipos de personas. Por ello todas ellas pueden resultar eficaces en un momento dado, en un problema determinado y en una persona concreta. En éste caso nos centraremos en una terapia relativamente nueva que surge a mediados del siglo xx, la Terapia Sistémica o Teoría General de los Sistemas.
La teoría general de los sistemas aplicada a la terapia familiar permite una nueva concepción de los problemas, del comportamiento y de sus relaciones. Esta nueva concepción de sistemas se basa en la consideración del pensamiento contextual y la organización sistémica circular, de tal manera que, la conducta de un miembro de la familia afecta o está relacionada con el total de miembros de la familia.
El objetivo de éste trabajo de investigación es conocer las bases de la Terapia sistémica,  su historia, sus representantes  que hicieron posible su aparición y establecimiento dentro de la Psicología y sobre todo en la Terapia de Familia, poder desarrollarlo y llevarlo a la práctica ya que en el futuro profesional será de mucha ayuda para los tratamientos psicoterapéuticos.


Modelos Sistémicos en Psicoterapia.

 1.Escuela interaccional: Bateson, Watzlawick





 El enfoque interaccional es una teoría de sistemas que a su vez forma parte de las teorías de la comunicación. Este enfoque, que analiza las consecuencias pragmáticas de la comunicación interpersonal, fue planteado por un grupo de teóricos, biólogos, antropólogos, sociólogos y científicos que pertenecían a la Universidad Invisible de Palo Alto, California. Esta teoría plantea básicamente que la comunicación es un sistema abierto de interacciones que se dan en un entorno o contexto determinado. El enfoque interaccional está conformado por 3 premisas básicas y 5 axiomas o leyes universales.
 1. Axioma: La imposibilidad de no comunicar
La comunicación tiene una relación directa con el comportamiento, por lo tanto al no existir el no-comportamiento, tampoco existe la no-comunicación. Sonreír o mostrar seriedad, quedarse callado o hablar, moverse o quedarse inmóvil; todo es comportamiento, así no sea intencional. La intención no es un requisito de la comunicación, así como esta no se limita al campo verbal. En situaciones interpersonales los comportamientos tienen un efecto sobre los demás, envían mensajes y crean comunicación.
2 Axioma: Niveles de relación y de contenido
Desde una perspectiva interaccional y pragmática el aspecto relacional incluye al de contenido. La comunicación como tal opera en distintos niveles de abstracción que generan los significados:
Denotativo o de contenido referencial: lo verbal, las palabras que se dicen.
Metalingüístico: semántica y sintaxis del lenguaje, es la estructura del lenguaje, los significados que crean las palabras y frases.
Meta-comunicativo: el mensaje implícito que denota cómo es la relación, es lo connotativo, lo no verbal, lo que se quiere comunicar.
Meta-meta-comunicativo: se refiere al contexto en el cual se intercambian los mensajes.
Cualquier interacción humana o acto comunicativo puede ser desglosado en estos niveles de contenido.
3.er Axioma: Comunicación Digital y analógica
Estos son los dos modos básicos de la comunicación humana. Lo analógico es cuando los objetos y eventos del mundo que nos rodean son expresados mediante una semejanza, la cual tiene una estructura similar al objeto representado (II significa dos). La digital, en cambio, el objeto o evento se expresa mediante signos arbitrarios, como por ejemplo el lenguaje (el dos escrito d-o-s). El contenido en una comunicación se transmite en forma digital, mientras que  lo relacional es analógico.
4. º Axioma: Puntuación de Secuencia de Hechos
En una interacción les permite a los comunicantes establecer entre ellos patrones de intercambio que le permitirán organizar sus propios comportamientos y el de los demás. Este proceso se puede considerar una manera de relación de dependencia mutua y circular como si fuera una relación lineal en la que un organismo rige y otro es dirigido, así es que la puntuación va a depender de la naturaleza de la relación entre los participantes.
Si la relación es vista desde afuera (no participativa), se la ve como un intercambio permanente de mensajes, mientras que si se la experimenta desde adentro (participativa), la relación se ve de manera lineal, es decir como actor y reactor.
5. º Axioma: Interacción Simétrica
Las relaciones interpersonales son variables y cambian de naturaleza con mucha rapidez. Todo intercambio comunicativo de este tipo da lugar a dos grupos de relación: simétrica y complementaria.
En la simétrica sus integrantes intercambian el mismo comportamiento, se hace énfasis en la igualdad con respecto a obligaciones, derechos y responsabilidades, como por ejemplo en la relación entre compañeros de trabajo, hermanos o una pareja.
La complementaria se basa en un máximo de diferencia entre los comportamientos de sus miembros, son dos posiciones diferentes que se interrelacionan, como por ejemplo en la relación entre padre e hijo, jefe y empleado o profesor y alumno.
También existe la meta-complementaria, la cual se caracteriza por ser manipulativa, ya que busca hacer creer al otro que él define la relación. Es una relación complementaria pero disfrazada de simétrica, como por ejemplo un jefe que hace creer a su empleado que puede comportarse de igual con él.

  1. Escuela De Palo Alto California (Mental Research Institute)
 La Escuela de Palo Alto "Colegio Invisible" puede incluirse en la Perspectiva Interpretativa y está relacionada con el Interaccionismo simbólico. Las dos corrientes se destacan por considerar la comunicación como una interacción social, más que en función de sus contenidos. Se centra en la defensa de que las relaciones sociales son establecidas directamente por sus participantes como sujetos que interactúan, así que la comunicación se puede entender como la base de toda relación personal. La importancia de la Escuela de Palo Alto en el desarrollo de las teorías de la comunicación es destacada por algunos autores, como por ejemplo Valbuena, que la considera como base de los conocimientos gnoseológicos de la Teoría General de la Información. Sus principales representantes son Gregory Bateson, Ray Birdwhistell, Don D. Jackson, Stuart Sigman, Albert Scheflen, Paul Watzlawick, Edward T. Hall y Erving Goffman.
Principales referentes
Paul Watzlawick (1921-2007)

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Nació en Villach, Austria en el año 1921. Estudio en la universidad de Venecia las carreras de filosofía y lenguas modernas, y, posteriormente hizo prácticas de psicoterapia en el Carl Jung-Institut de Zurich, Suiza. Fue uno de los principales autores de la Teoría de la comunicación humana y del constructivismo radical, y de importante referencia en el campo de la terapia Sistemática y la psicoterapia.
Junto a dos colegas (Jackson y Beavin) publicó Human communication en el año 1969. En este libro crean las bases de su construccionismo sistemático, el cual abarcara la comunicación y como se percibe la realidad. El 31 de marzo de 2007 fallece en Palo Alto, California.
Escribió varios libros, entre los más conocidos se encuentran: Teoría de la comunicación, Cambio, El lenguaje del cambio, la realidad inventada y muchos otros
Erving Goffman (1922-1982)

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Goffman nació en Mannville, Canadá el 11 de junio de 1922. Estudió Sociología, es considerado el padre de la micro sociología. Sus estudios se concentraron en las unidades mínimas de interacción entre personas (grupos reducidos), fue así como se diferenció de los estudios sociológicos hechos hasta el momento.
Es considerado uno de los más importantes sociólogos del siglo XX junto con Max Weber, Durkheim y Mead. Su mayor interés fue estudiar la influencia de los significados y los símbolos sobre la acción y la interacción humana.
En 1959 publicó su estudio más representativo “La presentación de la persona en la vida cotidiana”. En 1974 escribe el libro “Frame Analysis” en el cual describe su teoría de los marcos. Sobre la base de las cuales forma las fachadas simbólicas, nacionales, sociales, grupales o personales que proyectan rasgos de personalidad distintiva, con la capacidad de dramatización e interlocución y que fijan las condiciones previas de interacción en una comunicación. En cada marco hay un conjunto de relaciones dialécticas que interactúan a través de las estructuras del lenguaje y el conocimiento. La interlocución se despliega a través de la apariencia y modales que, para Goffman, son la fachada de la clase, grupo o individuo, la cual está implícita en la posición social, la naturaleza del lenguaje y el poder de interlocución.
Gregory Bateson (1904-1980)

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Nació en Grantchester, Reino Unido el 9 de mayo de 1904. Entre 1917 y 1921 estudio Zoología en Charterhouse School de Londres, luego, estudio Biología en el St. John´s Collage de Cambridge. Trabajó en Langley Porter Clinic de San Francisco como investigador en psiquiatría y comunicaciones. Dos años más tarde publico junto a Ruesch el libro “comunicación: la matriz social de la psiquiatría”.
Jurgen Ruesch
Escritor, psiquiatra y académico suizo-estadounidense nacido en 1909; interesado, principalmente, en los problemas de la comunicación. Fue profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de California y director de la sección de psiquiatría social del Instituto Neuropsiquiátrico Langley Porter en San Francisco.
En 1948, Jurgen Ruesch caracterizó la personalidad infantil con rasgos de pasividad, dependencia, impulsividad, somatización de sus estados afectivos, tendencias masoquistas y limitación de sus aptitudes sociales e interpersonales, como alexitímica (etimológicamente: A: privativo, falta; Lexis: lenguaje, palabras; Timos: emoción), para designar la incapacidad que tienen algunas personas de verbalizar y expresar sus afectos, así como de elaborar fantasías.
Aportes
El principal aporte de la corriente es que "el concepto de comunicación incluye todos los procesos a través de los cuales la gente se influye mutuamente" (Bateson y Ruesch, 1984). La comunicación fue estudiada como un proceso permanente y multidimensional, un conjunto integrado, que no se puede comprender sin el contexto determinado en el que sucede el acto comunicativo. Bateson y Ruesch definen la comunicación como " la matriz en la se encajan todas las actividades humanas". Creen en la comunicación como un proceso social permanente que integra un gran número de modos de comportamiento, como pueden ser: la palabra, el gesto, la mirada y el espacio individual.
Watzlawick establece una relación de doble vínculo, que es una paradoja pragmática. Este doble vínculo está relacionado con tres principios:
Al entrar en contacto dos sistemas de significación en una comunicación intercultural uno se da cuenta de que no está capacitado de transmitir con exactitud aquello que desea hacer llegar o producir el efecto que desea.
Aprender una lengua o una información sobre una cultura se hace más sencillo que la adaptación e interiorización de valores o de emociones de otra cultura que no es la propia.
Que se intente respaldar la interculturalidad y del mismo modo rechazar la asimilación de formas culturales ajenas en la propia cultura, es una paradoja.

Los axiomas de los que parten en sus estudios son fundamentalmente cinco:
La imposibilidad de no comunicar, la esencia de la comunicación se encuentra en el hecho del proceso de relación e interacción.
"Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional tales que el segundo clasifica al primero, y es, por ende, una meta comunicación." (Watzlawick, Beavin y Jackson). Todo tipo de comportamiento tiene valor comunicativo, y por tanto, en cualquier tipo de interacción se establece comunicación.
En un hecho determinado de interacción los participantes del acto comunicativo establecen una secuencia de los hechos a su modo.
"Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la defición inequívoca de la naturaleza de las relaciones". (Paul Watzlawick, Beavin y Jackson) Este axioma hace referencia a la falta de analogía entre las palabras usadas para designar la realidad, y la realidad designada, por ello existen dos tipos de lenguaje: analógico (onomatopeyas, ya que se parecen a la realidad) y digital (resto de los vocablos)
"Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según estén basados en la igualdad o la diferencia" (Watzlawick, Beavin y Jackson), es decir hay dos tipos de intercambios comunicacionales, en los simétricos la relación es de igualdad entre los interactuantes, mientras que en la complementaria hay una diferencia marcada entre ellos
  1. Escuelas estructural y estratégica: Minuchin, Haley

 Terapia estructural De Salvador Minuchin  siquiatra argentino entre “Los procesos del sistema familiar se reflejan temporalmente en sus estructuras”. La meta es aumentar la flexibilidad de esas estructuras subyacentes. La tarea es ayudar a la familia a readaptarse a las circunstancias cambiantes
 Representantes: Bernice Rosman  Pat Minuchin  Braulio Montalvo Jay Haley (estratégico) Jorge Harry Aponte Colapinto
Comprende a la familia como un sistema que tiende a la defensa de su estabilidad ante los cambios de condiciones e influencias internas y externas lo que suele favorecer la disfuncionalidad mediante mecanismos de mantenimiento del sufrimiento en la familia o de alguno de sus miembros. El restablecimiento de jerarquías, la formulación de límites claros, la definición de roles y funciones y la disolución de alianzas o triángulos ayudaría regresar a una estructura familiar funcional.
 El análisis sistémico no se limita a la familia sino también a los contextos institucionales y del ámbito psicosocial con los que interactúan, dando una visión de totalidad.
Terapia familiar estructural: se estudian los triángulos patológicos  dos personas se comunican entre sí a través del paciente
El objetivo terapéutico es crear enérgicas, utilizar técnicas de una estructura jerárquica realineamientos eficiente: técnicas que alteren las dramáticas alineaciones y modifiquen las directivas poder dentro y entre los subsistemas.
 Uno de sus principales aportes  a la terapia familiar ha consistido en señalar la confusión de la jerárquia normal entre miembros de una familia que no está funcionando bien, la reestructuración de las relaciones familiares, la acomodación de las estructuras ya existentes y dar a cada persona la experiencia de vivir en un grupo normalmente organizado.
 Axiomas de la terapia estructural sistémica:
La vida psíquica de un individuo no es exclusivamente un proceso interno. El individuo influye sobre su contexto y es influido por éste por secuencias repetidas de interacción. Un miembro de una familia se adapta a un sistema social: sus acciones están regidas por las características del sistema y estas características influyen los efectos de sus propias acciones.
 Las modificaciones en una estructura familiar contribuyen a la producción de cambios en la conducta y los procesos psíquicos internos de los miembros de ese sistema. Cuando un terapeuta trabaja con un paciente o con la familia del paciente, su conducta se incluye en ese contexto. Terapeutas y familia forman un nuevo sistema (terapéutico) que influye en la conducta de las personas
 Objetivos
Dos objetivos: ◦ Interno: protección psicosocial a sus miembros ◦ Externo: acomodación de una cultura y trasmisión de ésta.
 Diagnóstico y terapia son inseparables.
 Teoría de Cambio Es cambiar la organización familiar , los límites entre subsistemas y las jerarquías introduciendo novedad y diversidad en las estrategias de la vida de la familia.
 Metas terapéuticas
•Establecer los objetivos que desean alcanzar el tratamiento.
 •Cambiar la estructura y cosmovisión familiar
Estrategias terapéuticas que emplean técnicas de coparticipación que le posibilitan establecer una fuerte alianza Terapéutica.
 • Cercanía


  1. Escuela sistémica de Milán: Selvini-Palazzoli
La terapia sistémica de Milán, conocida en los países anglosajones como Milan Approach (Hoffman, 1981) es un modelo terapéutico fundado sobre las teorías de Gregory Bateson (1972). Originalmente aplicado solamente a la terapia familiar, el modelo de Milán es hoy utilizado además en el trabajo individual, de pareja, con grupos y con organizaciones (Campbell y cols., 1991).
Fundada sobre los principios de la cibernética batesoniana, desembarcando en el constructivismo, el construccionismo social, el posmodernismo y la narrativa (Toffanetti, 200). En los primeros años de la década del ’70, el grupo de Milán, después de un período de terapia de la familia bajo una orientación psicoanalítica (1967-1971),adoptó el modelo sistémico estratégico del Mental Research Institute (MRI) de Palo Alto, influenciado por las ideas de Gregory Bateson, Jay Haley, Don Jackson, Milton Erikson (Watzlawick y cols. 1967;
Haley, 1963). En este primer período de actividad de grupo, que duraría hasta 1975, la terapia estaba siempre como un ofrecimiento a toda la familia a la que se le presentaba un problema, incluso cuando éste estaba relacionado con sólo uno de sus miembros (el “paciente índice”).
Un espejo unidireccional dividía la sala de la terapia de la sala de observación. El equipo terapéutico se encontraba, en general, antes de cada sesión para formular alguna hipótesis de trabajo según las informaciones recibidas previamente. Por lo tanto, el terapeuta, o como sucedía regularmente, la pareja de terapeutas, iniciaba la sesión mientras el resto del equipo observaba detrás del espejo. La sesión podía ser interrumpida ya sea por los terapeutas como también por los miembros del equipo de supervisión; en ambos casos, terapeutas y equipo se reunían brevemente en la sala de observación para un intercambio de ideas. Al final de la sesión, terapeutas y equipo se encontraban nuevamente, esta vez por un tiempo más largo, a veces más de una hora: la discusión conducía hacia una serie de hipótesis que confluían en una hipótesis sistémica, capaz de dar un sentido a los comportamientos observados en relación al síntoma. A partir de la hipótesis sistémica, después, se construía una “intervención final”, que podía consistir en una reformulación, una prescripción con una tarea para seguir en casa, o bien con un ritual.
El terapeuta o la copia de terapeuta eran quienes debían sugerir a la familia esta intervención final.
El método del MRI estaba basado en el pensamiento sistémico y en la cibernética de primer orden, es decir, en la cibernética del sistema observado. Esto implicaba un observador separado de la entidad observada.
El equipo buscaba crear una hipótesis sistémica respecto a la modalidad con la cual la familia se había organizado en relación al síntoma o los síntomas presentados; las hipótesis por lo tanto debían corresponder a aquello que era definido como el “juego familiar”. Para ser eficaces, las hipótesis debían
corresponder, en cierto sentido, al juego familiar, así como una llave corresponde a su cerradura.
El libro “Paradoja y contra paradoja” (Selvini-Palazzoli y cols., 1975), que describe el trabajo con 15 familias, con un miembro diagnosticado como esquizofrénico, narra que entrar en una relación con aquellas familias era como entrar en un laberinto. Era muy difícil llegar a hipótesis que tuvieran un
sentido para cada uno de los miembros del equipo, lo que provocaba un cierto sentido de confusión y frustración. Al igual que Bowen (1976), el grupo veía los síntomas insertos en un juego trigeneracional en ese juego, el paciente índice ocupaba una posición especial, en la cual convergía el máximo grado
de des confirmación, con la consiguiente incertidumbre sobre la percepción de sí mismo y de los otros, sensación de insensatez y de confusión. La teoría del doble vínculo (Bateson y cols., 1956) fue vital en la comprensión del síntoma psicótico, basándose en las paradojas emergentes de la confusión de niveles
Lógicos, uno de los objetivos de la terapia era eliminar las configuraciones rígidas de comportamientos disfuncionales, dejando espacio al posible surgimiento de configuraciones más funcionales y más flexibles. Tal objetivo era alcanzado a través de la connotación positiva de todos los comportamientos, sintomáticos o no (reformulación paradojal) y por medio de los rituales familiares.
Alrededor de 1975, la publicación de las obras de Bateson en el volumen “Steps to an ecology of mind” (Bateson, 1972), abrió al grupo nuevos horizontes. El modo de pensar y de trabajar cambió drásticamente.
El intento consistía en transferir la epistemología cibernética de Bateson a la práctica clínica, el pensar en modo sistémico para actuar en modo sistémico.
Respecto a las posiciones del Mental Research Institute, los escritos originales de Bateson se acercaban a un pensamiento sistémico puro y complejo. La distinción entre mapa y territorio, las categorías lógicas del aprendizaje, el concepto de mente como sistema y sistema como mente, la noción de epistemología  Psicología sistemática




Un Nuevo Enfoque

La teoría general de los sistemas aplicada a la terapia familiar permite una nueva concepción de los problemas, del comportamiento y de sus relaciones. Esta nueva concepción de sistemas se basa en la consideración del pensamiento contextual y la organización sistémica circular, de tal manera que, la conducta de un miembro de la familia afecta o está relacionada con el total de miembros de la familia.
Por su parte, la Cibernética de segundo orden, considera al observador como parte de la realidad observada y no como organizador de ésta, por lo que el terapeuta familiar no es un agente que opera cambios en la familia, sino que es un receptor de la realidad de la familia a través del significado de ésta.
De esta manera, el terapeuta, en el proceso terapéutico únicamente introduce diferencias significativas donde puedan surgir nuevas perspectivas compartidas para lograr el objetivo terapéutico. Los cambios que resulten del proceso terapéutico se ven como logros de la familia y el fruto de sus propios esfuerzos y cohesiones (Von Foerster, 1998)


Así la terapia familiar sistémica surge como un apoyo a profesiones como la psiquiatría, psicología, pedagogía y sexología. A finales de la década de 1930 se independiza como una disciplina con fundamentos teóricos. Este movimiento inicia en Alemania entre 1929 y 1932 con Hirschfeld y en Estados Unidos, en 1930 con Popenoe. Otro pionero de la terapia familiar fue la Dra. Emily Mudd quien estableció la práctica de terapia familiar en Filadelfia y desarrolló el primer programa de evaluación.
 Adler, pensaba que el sentimiento social era una cualidad fundamental de la personalidad, que se heredaba en el plano biológico, pero que se hallaba enormemente influido por el modelado imprimido por la familia.
 Adolf Meyer, creía que para comprender las alteraciones mentales, el psiquiatra debía conocer el medio socio familiar del paciente y considerar la enfermedad como una inadaptación de la personalidad global.
 John Von Neumann y Oskar Morgenstern, quienes en 1944 elaboraron la teoría de los juegos.
 Eric Berne, fundador del análisis transaccional.
 John Bell, uno de los primeros en experimentar la terapia familiar. En 1951, con la familia de un adolescente agresivo.
 Nathan Ackerman, quien llegó a la terapia familiar a través de la Psiquiatría Infantil. Fundó el Family Institute en Nueva York y la revista Family Process junto con Don D. Jackson, que sería considerada la guía intelectual del movimiento.
 Christian Midelfort, fue uno de los primeros en el tratamiento de familias de esquizofrénicos. – Theodor Lidz, destacó la incapacidad de las familias de esquizofrénicos para desarrollar una estructura adecuada y favorecer una diferenciación suficiente de roles en el seno de la familia. – Lyman C. Wynne , con una preparación excelente para el estudio familiar.
 Murray Bowen, hospitalizó, junto con Wynne, familias de jóvenes esquizofrénicas.
 Carl Whitaker, considerado” l’enfant terrible” de la terapia familiar. Fue uno de los primeros en introducir a miembros colaterales de la familia en las sesiones de terapia familiar. Sus contribuciones más notables se refieren al uso de las metáforas (terapia simbólica y experiencial) y a la utilización técnica de la coterapia.
 Ivan Boszormenyi-Nagy , introdujo el punto de vista ético en el abordaje familiar.


 Definición y clases de sistemas

Es a partir de la 2ª Guerra Mundial cuando podemos hablar de Terapia Familiar como movimiento que impulsa el interés en Psiquiatría por la familia del enfermo mental. La Psiquiatría es una disciplina que trata la enfermedad mental de diferentes maneras dependiendo del modelo en que se encuadre.
Así, tenemos diferentes modelos teóricos:
 El modelo biológico: el más médico pues explica esencialmente la psicopatología en términos de perturbaciones orgánicas o bioquímicas del funcionamiento cerebral.
El modelo conductista: Considera que los comportamientos humanos son adaptativos, adquiridos y mantenidos por mecanismos de aprendizaje. Su evolución más reciente es la rama cognitiva.
El modelo psicodinámico: No tiene una verificación cuantificable. Explica la personalidad humana como una constelación de fuerzas intrapsíquicas que se reflejan en las pulsiones, las necesidades, los rasgos y las aptitudes específicas del individuo.
El modelo ecosistémico: Surge de la Ecología, la Teoría de Sistemas, la Cibernética y la teoría de la comunicación. Considera al individuo en su entorno inmediatamente significativo (contexto familiar, sociocultural, económico,…). Las alteraciones mentales del sujeto se consideran en conexión con los comportamientos y las expectativas de otros miembros del contexto en el cual evoluciona.
Actualmente, la aplicación clínica más elaborada del modelo eco sistémico es la Terapia Familiar. Las raíces de dicho modelo las podemos situar en la tradición chamánica, conservando la consideración holística despojada de su significación mágica y animista, y en la concepción hipocrática, de la cual conserva la exigencia científica.
Sistema: conjunto de elementos en interacción dinámica, en el cual el estado de cada uno de los elementos está determinado por el estado de cada uno de los otros (Miller, 1978).
Es un método que permite unir y organizar los conocimientos con la intención de una mayor eficacia de acción.
Sistema Abierto: sistema que intercambia materia, energía, información con su entorno porque interacciona permanentemente con él.
Lo contrario es el Sistema Cerrado, en donde no se puede modificar el entorno pero tampoco se deja modificar por él.
Ecosistema: conjunto sistema-entorno.
Interface: es el estudio de las relaciones entre el sistema y el entorno.
Organización: de un sistema debe considerarse bajo los aspectos estructurales (límite o frontera, los elementos, una red de comunicación y transporte, un almacén o reservorio de stock son sus cuatro componentes) y los aspectos funcionales (los flujos, los centros de decisión, los bucles de retroacción, las desviaciones, son sus características).
Totalidad, concepto según el cual el sistema es algo más que la suma de sus partes.
Circularidad, es el modo como se desarrollan las interacciones.
Equifinalidad, principio que establece que los mismos efectos pueden tener orígenes distintos.
Comunicación: sistema de comportamiento integrado que tiene por efecto ajustar, calibrar, hacer posibles las relaciones humanas.
Ruido, primer grado de distorsión que implica la pérdida de información, fracaso de la comunicación. Ocasionado por un tratamiento inadecuado del mensaje.
Deformación del mensaje, segundo grado de distorsión del mensaje donde lo que ocurre es que el receptor recibe correctamente las diversas unidades del mensaje pero la organización de éste es deformada con lo cual es interpretado incorrectamente.
Meta comunicación: designa una comunicación entre los participantes que trata de las reglas de la comunicación a las cuales los dos se refieren.
Una de las ventajas del modelo sistémico es que permite evaluar muchas variables a la vez: el comportamiento de cada sujeto está conectado de manera dinámica a los de los otros miembros de la familia y al equilibrio del conjunto. La desventaja es la de complicar la investigación, porque es extremadamente difícil hacer evaluaciones precisas y manipular multitud de variables.
En tanto que es un sistema abierto, la unidad familiar intercambia continuamente informaciones con su entorno, de la misma manera que con su medio interno. Una familia tiende a preservar su estabilidad, a salvaguardar su equilibrio y lo hace mediante feedbacks negativos puestos en juego en respuesta a todo comportamiento de sus miembros o a toda información que tiene por efecto desestabilizarla. La familia no puede mantener indefinidamente el mismo equilibrio, atravesando periódicamente crisis que la llevan a modificar su equilibrio adaptándose a las nuevas necesidades de sus miembros o a las exigencias de su entorno. Cambia dando feedbacks positivos. La capacidad de cambio de las familias depende de su grado de apertura.
El camino común de los pioneros en terapia familiar ha sido el de remontar a partir de síntomas individuales hasta disfunciones específicamente familiares. Sólo de manera progresiva a lo largo de sucesivas entrevistas con la familia, el terapeuta llega a ser competente para comprender a la familia y para definir o situar las disfunciones. Cuando se habla  de disfunciones territoriales nos referimos a las disfunciones relacionadas con la manera en que se distribuyen, respetan o ignoran, rigidifican o violan los diferentes tipos de fronteras en el seno del sistema familiar o entre éste y el entorno social. Las fronteras internas y externas del sistema determinan quién participa y quién no en una operación.
Cuando las fronteras son demasiado permeables e indiferenciadas hablamos de una estructura familiar aglutinada. Mientras que si éstas están muy marcadas o rígidas será desligada. Otra consideración estructural de las interacciones familiares está dada por el concepto de alineamientos (ponen de manifiesto el acuerdo o la oposición de uno o varios miembros en la ejecución de una operación).
Engloba la totalidad de los elementos del sistema estudiado así como las interacciones que existen entre los elementos y la interdependencia entre ambos.
La Teoría General de Sistemas fue concebida por BERTALANFFY en la década de 1940, con el fin de constituir un modelo práctico para conceptualizar los fenómenos que la reducción mecanicista de la ciencia clásica no podía explicar. En particular, la teoría general de sistemas parece proporcionar un marco teórico unificador tanto para las ciencias naturales como para las sociales, que necesitaban emplear conceptos tales como “organización”, “totalidad”, globalidad e “interacción dinámica; lo lineal es sustituido por lo circular, ninguno de los cuales era fácilmente estudiada por los métodos analíticos de las ciencias puras. Lo individual perdía importancia ante el enfoque interdisciplinario.
La epistemología sistémica en su aplicación a la terapia familiar adquirió desarrollo desde las décadas de 1950 y 1960, y desde entonces no ha dejado de desarrollarse. Debido a que en sus comienzos se desarrolló especialmente estudiando la dinámica de la organización familiar, actualmente se habla de terapia familiar sistémica, como una manera genérica de mencionar a las lecturas sistémicas que se ocupa de las organizaciones humanas en general.
Las lecturas sistémicas de basan en diferentes teorías y lecturas epistemológicas. A grandes rasgos la terapéutica apoyada en concepciones sistémicas (Terapia familiar sistémica TFS, Terapia de pareja, o en grupos) se nutre principalmente de tres grandes fuentes.
Por un lado en la Teoría General de Sistemas, según la cual un sistema es un conjunto de elementos en interacción dinámica en el que el estado de cada elemento está determinado por el estado de cada uno de los demás que lo configuran, de esta manera un sistema puede ser cerrado (cuando no intercambia información con su entorno) o abierto (cuando intercambia información con su entorno, por lo que es modificado y a la vez modifica a ese mismo contexto).
La otra gran fuente teórica que sirve como base de sustentación es la cibernética. El concepto de “Feedback”, determina que cualquier conducta de un miembro de un sistema se transforma en información para los demás. En este sentido se habla entonces de feedback positivo o negativo, según que las acciones favorezcan o tiendan a corregir acciones. La cibernética toma el concepto de “Homeostasis”, según el cual a partir del feedback se tiende al mantenimiento de la organización del sistema.
La teoría de la comunicación, sirve como la tercera gran fuente de desarrollo teórico. Se toma partida en un axioma básico. “Es imposible no comunicar”, en este sentido todo comportamiento de un miembro de un sistema tiene un valor de mensaje para los demás (incluso el silencio o la mirada, o la indiferencia dirían: “prefiero ignorarte”, pero siempre comunican algo).
Por otra parte la comunicación implica considerar no solo el nivel semántico de una comunicación (nivel digital), sino también el emisor, el receptor, el entendimiento de un mensaje, la interacción, la puntuación de las secuencias comunicacionales entre los participantes, etc. (nivel analógico). Vale destacar que los sistemas abiertos se caracterizan por patrones de circularidad, sin que el comienzo o finalización estén precisados claramente.
Por lo que la teoría general de los sistemas se interesa por la manera en que los participantes en la comunicación, marquen, pauten o dividan las secuencias de comunicación, y como estas se acomodan como causas y efectos de las interacciones. La terapia basada en aspectos sistémicos, se interesa así en las posibles modificaciones de los sistemas de relaciones, donde se dan relaciones simétricas (basadas en cierta igualdad) o complementarias (basadas en determinadas diferencias). No considerando disfuncional a ninguno de los dos tipos, salvo cuando se da una sola de estas formas (cronificación de la interacción) y no un permanente y necesario cambio.
La terapia sistémica utiliza también conceptos evolutivos, por ejemplo al considerar diferentes etapas de desarrollo, por ejemplo de un sistema familiar (noviazgo, matrimonio, procreación; o niñez, adolescencia, maduración). De esta manera cobra importancia no sólo lo que ocurre en cada una de esas fases, sino también las crisis que acompañan el paso de cada fase evolutiva hacia otra. La manera en que se modifican las pautas de relación en un sistema dado, la finalización de la utilidad de un sistema de relaciones específico y el paso a otros sistemas nuevos, la construcción de los mismos, la modificación de la estructura familiar, de pareja, de relacionarse, las nuevas pautas de organización, etc.
Toda organización busca su estabilidad mediante diversos procesos. Y desde esta estabilidad sobreviene el caos, el desorden, que no es más que el principio de un nuevo ordenamiento diferente, que seguramente será un nuevo estado con mayor experiencia y de mayor complejidad. Por lo tanto esto implica una idea de salud que incluye el desorden. En este sentido la terapéutica se ocupa de los sistemas estructurales de las relaciones, de los subsistemas basados en uno mayor, de la integración de los miembros en él, del respeto hacia cada uno de los miembros (protegiendo la diferenciación de cada uno), de las nueva y viejas reglas de conducta de cada sistema o subsistema (límites familiares, alianzas internas). Desde esta perspectiva la terapéutica tiene un amplio campo de acción. Trabaja sobre las jerarquías, la permeabilidad de los miembros y las formas de organización de los sistemas.
Se observan dos tipos de sistemas, los aglutinados (límites difusos de familias o grupos) o los sistemas llamados desligados (límites rígidos). Los sistemas aglutinados desdibujan los roles de cada uno de sus miembros, exagerado el sentido de pertenencia y desdibujando la autonomía personal, inhibiéndose la autonomía (por ejemplo de los niños). En estos sistemas pierden diferenciación los subsistemas, todos los miembros sufren cuando uno lo hace, y cualquier modificación de la estructura del sistema modifica al resto. En cambio los sistemas desligados se organizan de manera en que en los casos más extremos, cada miembro constituye un pequeño subsistema, porque si bien se relacionan, lo hacen escasamente, por lo que se manifiesta un amplio sentido de independencia y tolerancia a las variaciones entre sus miembros. En estos casos la influencia de cada uno de los miembros no influirá en demasía en los demás. La clave de la intervención sistémica es introducir un cambio significativo en la interacción de los miembros de un sistema que haga innecesaria la manifestación sintomática de uno varios miembros.
En la práctica se suscitan diferentes enfoques que el terapeuta no debe dejar de tener en cuenta, por ejemplo los dichos de un médico, de un docente o un familiar, o un compañero de trabajo de un paciente dado no tienen por qué coincidir, porque no importa cuál es la idea de mayor veracidad, sino que se pueda producir otro tipo de relaciones. Para ello el psicoterapeuta recurrirá a diferentes alianzas terapéuticas, y podrá intervenir utilizando técnicas paradojales en las relaciones estereotipadas. La intervención sistémica se ocupa de las terapias llamadas de parejas o intervenciones grupales. Considera que los vínculos conyugales también presentan las características de un sistema. Aquí se puede aplicar el útil concepto de “tríada rígida” entendida como los sistemas relacionales paterno-filiales en las que uno o varios de los hijos son usados (sin una necesaria intención deliberada) para evitar conflictos familiares.
La Intervención Sistémica se diferencia de la mayoría de las demás expresiones terapéuticas, en que estas se interesan en el psiquismo humano.
La intervención sistémica en cambio plantea el paso del individuo al sistema, de lo intrapsíquico a lo interpersonal. Así no interesa un individuo “enfermo” sino las maneras de organización del sistema en el que un individuo demanda atención. Se diferencia también de otras maneras de intervención grupal o familiar en que no considera a los miembros de un grupo familiar como apoyatura del individuo enfermo. La intervención sistémica utiliza así la interacción como elemento de trabajo y comunicación. Es así que no se atiende en el “¿por qué?” Un individuo acciona de determinada manera sino en el “¿como?” lo hace. De igual manera no importa quién hace qué, sino ¿cuándo? se realiza una determinada conducta. Sin embargo, desde la perspectiva de la Terapia Familiar Sistémica, específicamente del Modelo Estructural desarrollado por Salvador Minuchin, los problemas psicológicos se analizan de manera familiar, no individual.
Así, la familia es un sistema abierto y su totalidad la conforman las relaciones entre sus miembros; la familia como sistema se autorregula (presenta períodos de homeostasis y períodos de morfogénesis); la familia se relaciona con otros sistemas (familia de origen, familia de origen, comunidad, etc.); la familia en su interior se conforma de subsistemas: individual, conyugal, parental, fraterno; en su interior sus miembros interactúan entre sí y por tanto se afectan unos a otros, siendo entonces que los conflictos familiares han de presentarse cuando existe una disfunción en las interrelaciones que establecen los miembros de la familia; es decir, que un conflicto individual en cualquiera de ellos es la manifestación de un conflicto familiar. La meta de la terapia estructural es establecer cambios en la interacción familiar de manera que ésta sea funcional, con base en el aquí y ahora (Barker, 1983; Martínez, 1986).
Minuchin (1986) señala que los miembros de una familia se relacionan de acuerdo a ciertas reglas que constituyen la estructura familiar a la cual define como “el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia”.
Dentro de la estructura familiar se pueden identificar las siguientes formas de interacción:
1) Los límites, que “están constituidos por las reglas que definen quiénes participan y de qué manera lo hacen en la familia…tienen la función de proteger la diferenciación del sistema” (Minuchin, 1990).
Los límites al interior del sistema se establecen entre los subsistemas familiares (individual, conyugal, parental y fraterno) y pueden ser de tres tipos:
CLAROS que definen las reglas de interacción con precisión.
DIFUSOS que no definen las reglas de interacción con precisión y caracterizan a las familias con miembros muy dependientes entre sí.
RÍGIDOS que definen interacciones en las que los miembros de la familia son independientes, desligados.
Los límites al exterior del sistema implican reglas de interacción entre la familia y otros sistemas.
2) Jerarquía, que hace referencia al miembro con mayor poder en la familia
3) Centralidad, miembro con base en el cual gira la mayor parte de las interacciones familiares; dicho miembro puede destacase por cuestiones positivas o negativas
4) Periferia, miembro menos implicado en las interacciones familiares
5) Alianzas, se refieren a la unión de dos o más personas para obtener un beneficio sin dañar a otro
6) Coaliciones, que son la unión de dos o más personas para dañar a otra
7) Hijo (a) Parental, es aquel miembro de la familia que asume el papel de padre o madre.
La intervención terapéutica desde la perspectiva del Modelo Estructural se dirige a los cambios en la estructura familiar disfuncional para entonces eliminar el síntoma; la unidad de intervención terapéutica es la familia.
Ahora bien, la familia se desarrolla atravesando por varias etapas que forman su ciclo vital.
“Contemplar a la familia en un lapso prolongado es observarla como un organismo que evoluciona con el tiempo. Esta entidad va aumentando su edad en estadios que influyen individualmente sobre cada uno de sus miembros, hasta que las dos células progenitoras decaen y mueren, al tiempo que otras reinician el ciclo de vida . . . el sistema familiar tiende al mismo tiempo a la conservación y a la evolución . . . evoluciona hacia una complejidad creciente . . . El desarrollo de la familia transcurre en etapas que siguen una progresión de complejidad creciente” (Minuchin y Fishman, 1993).
Para Minuchin (1986) la familia se desarrollo en el transcurso de cuatro etapas a lo largo de las cuales el sistema familiar sufre variaciones; los períodos de desarrollo pueden provocar transformaciones al sistema y un salto a una etapa nueva y más compleja.
 Las cuatro etapas son:
a) Formación de la pareja
b) La pareja con hijos pequeños
c) La familia con hijos en edad escolar y/o adolescentes
d) La familia con hijos adultos
Minuchin también señala que cada etapa requiere de nuevas reglas de interacción familiar, tanto al interior como al exterior del sistema. Sin embargo, hay familias que pueden permanecer en una misma etapa a pesar de que el sistema familiar requiere de una transformación (nacimiento de un hijo (a), crecimiento de los hijos (as) con lo que ello implica como puede ser ingreso al ámbito educativo formal, cambio de nivel escolar, cambio de escuela, alejamiento del hogar por cuestiones de trabajo, por estudios, matrimonio, etc.). Este estancamiento en alguna etapa del ciclo vital puede llevar a la disfuncionalidad familiar.
El hacer una terapia de familia significa que el terapeuta debe establecer de entrada una relación significativa con la familia considerada como una unidad. El objetivo terapéutico será el de provocar uno o más cambios, cuyo efecto será el de volver a la familia suficientemente competente para resolver por sí misma las dificultades y encontrar una alternativa a la producción de síntomas.
Los 3 principios fundamentales de esta línea terapéutica son:
1.     Confrontación de los miembros de la familia entre sí.
2.     La acción directa sobre las relaciones, detectando las disfunciones.
3.     El refuerzo de la competencia familiar.
A partir de éstos, pueden seguirse diferentes vías terapéuticas:
La vía estructural, desarrollada por Minuchin, señala las modificaciones de la estructura del sistema familiar.
La vía estratégica, donde la relación terapéutica y las intrafamiliares se consideran bajo el ángulo de las relaciones de poder.
La vía psicoanalítica, permite reconocer e interpretar los movimientos transferenciales y contra transferenciales que se instauran entre los miembros de la familia y el terapeuta.
La vía comportamental establece conexiones entre la óptica sistémica y los principios teóricos del modelo behaviorista.
La vía intergeneracional, acentúa las relaciones verticales, consideradas palancas de cambio más poderosas que las relaciones horizontales. También hay diferentes formas de aplicación según el calibre del sistema familiar que sea objeto de tratamiento.
Así tenemos:
Familia nuclear, con dos generaciones (padres e hijos).
Familia extensa, con tres o más generaciones.
Terapia de pareja, con ambos cónyuges.
Terapia Multifamiliar, reúne varias familias con problemas comunes.
Terapia Multiconyugal, reúne varias parejas con problemas comunes.
Terapia de red, se interviene además sobre otros sistemas con los que la familia está especialmente conectada en sus dificultades y que juegan un papel en su tendencia a conservar la homeostasis disfuncional.
Psicoterapia individual, trata al individuo basándose en la teoría Sistémica de la familia, teniéndola en cuenta a través del paciente.
El “setting” designa el lugar donde el terapeuta recibe y trata a la familia. Puede ser un contexto ambulatorio u hospitalario.
Indicaciones
1.     Todas las situaciones en las que los síntomas del paciente están, claramente y de manera predominante, situados en la esfera interpersonal.
2.     En prácticamente todas las afecciones psiquiátricas del niño.
3.     En las alteraciones psíquicas del adolescente.
4.     Las afecciones psiquiátricas del adulto, según el tipo de situaciones.
5.     Las psicosis en su conjunto, agudas o crónicas.
6.     Problemas del postparto.
7.     En la Anorexia Mental.
8.     Las toxicomanías en su conjunto.
9.     En el alcoholismo.
10. En casi todas las afecciones psicosomáticas.
11. En la mayor parte de las enfermedades somáticas invalidantes o mortales.
12. En casi todas las afecciones de la tercera edad.
Contraindicaciones
1.     En todos aquellos casos en los que pueda ocasionar daños a uno o más miembros. Normalmente, esto sólo sucede si el terapeuta es incompetente, si la terapia está mal llevada o cuando es contrarrestada por contingencias externas.
2.     Cuando uno de los miembros presenta un delirio paranoico grave.
3.     Cuando el riesgo de suicidio es precipitado por una intervención sentida por la familia como insoportable.
Una forma de aplicación de la terapia familiar es el Abordaje Familiar. Su marco es flexible, lo importante es la manera en que se sitúa el problema y dónde se actúa. Se hace desde una perspectiva Sistémica, poniendo el foco en el contexto familiar en su conjunto, incluso si no están presentes todos los miembros en la sesión. Lo importante no es la técnica sino pensar en términos de sistema. El terapeuta que utiliza este abordaje sigue una formación de base en terapia familiar e intenta completarla confrontándola con otra escuela. La evaluación se realiza a lo largo de la terapia; según Minuchin (1974) el diagnóstico evoluciona a lo largo de la terapia al mismo tiempo que el sistema familiar. La evaluación puede hacerse directa o indirectamente.
Los pasos que tiene toda evaluación familiar son:
1.     Reconstruir el itinerario de la consulta actual, lo cual permite al terapeuta hacerse una primera idea de cómo se comporta el sistema familiar frente a las instituciones exteriores y estimar las expectativas unidas al comportamiento sintomático del paciente designado. La actitud del terapeuta consistirá en definir en términos sistémicos este camino inicial.
2.     Proponer una entrevista conjunta con la familia, donde el fin verbalizado es definir el problema en conjunto y precisar las expectativas de cada uno.
3.     La observación de las interacciones verbales junto con la elaboración del genograma (es una modelización gráfica del sistema relacional familiar).
4.     Exploración de la historia familiar, a lo largo de varias entrevistas.
5.     Evaluación de hipótesis progresivas por parte del terapeuta que verifica confrontándolas con ensayos terapéuticos y con la manera cómo reacciona la familia. Lo esencial, resumiendo, no es tener muchas informaciones, sino saber sacar provecho de ellas, organizándolas según el modelo sistémico.
Otra variable de la relación entre la familia y el terapeuta que debe tenerse en cuenta es el contrato terapéutico. Este es la manera en que el terapeuta y el sistema familiar definen, sobre el plano práctico, el sentido, los objetivos y los medios de su futura relación.
 Los elementos que han de especificarse en este contrato son:
1.    Definir la orientación familiar del terapeuta.
2.     Aceptar la confidencialidad solicitada por el paciente u otro miembro.
3.    Definir objetivos concretos, realizables a corto plazo.
4.    Definir el sentido general de la terapia.
5.     Definir el marco de encuentros.
6.    Asegurarse la libertad para contactar a otros profesionales ya implicados frente a la familia y de intercambiar informaciones útiles con ellos.
Una vez presentados los presupuestos teóricos de la TCS y esbozado un mapa global del conjunto del proceso terapéutico, dedicaremos este tercer apartado a descender ya al ámbito de lo concreto, de lo que sucede momento a momento en la conversación entre terapeuta y clientes. Haremos referencia a tres grandes temas de conversación, que -sin ser los únicos recursos terapéuticos de que dispone el terapeuta centrado en soluciones nos parecen sin embargo los más característicos de la TCS. Aunque bien se podría hablar de “técnicas”, preferimos actualmente hablar más bien de “prácticas” o incluso sin más de “temas de conversación”. Referirnos a “temas” no implica que en terapia breve pretendamos prefijar contenidos concretos de los que hablar (la infancia del cliente, la familia de origen de la pareja), sino más bien hablar de cierta forma sobre un determinado tipo de contenidos (p.ej. lo que funciona, lo que los clientes quieren conseguir…). Estas prácticas suponen habitualmente que la terapeuta utilice una determinada modalidad de preguntas, y que oriente la interacción de forma que se pueda generar un lenguaje centrado en soluciones.
Empezaremos presentando los procedimientos de proyección al futuro, para pasar después a analizar el trabajo con excepciones y la utilización de preguntas de escala. Cualquiera de estos tres procedimientos de trabajo puede emplearse en TCS. Aunque nosotros solemos emplearlos en una secuencia más o menos habitual (la proyección de futuro al inicio de la terapia; las preguntas de escala al final de cada sesión, y el trabajo sobre excepciones siempre que surja en la conversación alguna mejoría o avance), otros terapeutas centrados en soluciones prefieren emplearlas en otro orden, o en otro momento. La única norma es ajustarse a lo que nos ofrecen nuestros clientes; en otras palabras, el momento y el modo de utilización dependerá de por qué derroteros esté discurriendo la conversación terapéutica en cada momento particular.










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Bibliografía

http://elpsicoasesor.com/psicologia-sistemica/
http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/social/76937.pdf
http://es.slideshare.net/karlitavfr/terapia-estructural
http://win.associazioneculturaleepisteme.com/articoli/LA%20TERAPIA%20SISTEMICA%20DE%20MILAN%20(para%20publicacion%20chilena).pdf

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